Hacer lo mismo que se les pide a los ciudadanos

Puede que no sea tan grave si lo comparamos con otras conductas. En rigor, cualquiera puede tener alguna vez un desliz que lo lleve a cometer una infracción de tránsito.
Los funcionarios públicos son, en definitiva, personas de carne y hueso. Como el resto de los ciudadanos. ¿Quién está libre de pecado para tirar la primera piedra?
Sin embargo, no es tan sencillo. No es lo mismo un ciudadano común que un legislador que crea las normas que ese ciudadano debe cumplir. No es lo mismo un conductor ordinario que un funcionario encargado de hacer que esa persona respete la ley.Política

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