Malvinas 36 años después

Atardecer del 10 de febrero de 1982 en Ushuaia. Al calor de una estufa a leña, los pasajeros del crucero italiano observaban desde los ventanales de la confitería del hotel el arco iris que se reflejaba en el mar. Ajena al fenómeno, Pirucha, una profesora jubilada, se sentó frente al piano y empezó a tocar La marcha de Malvinas. Al día siguiente pisaríamos las islas.El autor viajó a las islas durante su viaje de bodas, meses antes del inicio de la guerra. Volvió en febrero y cuenta una diferencia que duele: desarrollo inglés sobre suelo argentino.
Miguel Durán, EspecialPolítica

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