Mar
07
2018
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By editor
Al campeón de la Champions League no hay quien lo mueva, resiste hasta a los emprendimientos económicos más desorbitados que se crearon para intentar voltearlo. Una vez más, el fútbol demostró que el dinero compra más ilusiones que títulos. Está claro que Real Madrid no es un menesteroso ni el prototipo de la humildad, pero lleva largas décadas echando raíces en un fútbol en el que Paris Saint Germain apenas plantó las semillas. Y aunque las riegue y abone con los petrodólares del emir de Qatar, el proceso de crecimiento no se acelera artificialmente.
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