La plaza cambiaria local ratificó ayer que se mueve con una dinámica distinta a la de otros mercados. El peso se mantuvo devaluado frente a un dólar, que aceleró su renovada tendencia al debilitamiento a nivel global, y aun cuando el resto de las monedas de la región rebotó fuerte al tender a diluirse el denominado "efecto Temer".
El saldo semanal es aún más revelador de esa particular desconexión. Ocurre que mientras el dólar estadounidense registró su peor semana en más de un año en el mercado internacional (al hundirse más del 2% frente a divisas semejantes), aquí tuvo su mejor semana desde junio del año pasado al aumentar casi 4% toda vez que el tipo de cambio mayorista, que venía de cerrar a $ 15,44 para la venta el viernes pasado, clausuró la rueda de ayer a $ 16,05. El minorista, en tanto, cedió ayer 5 centavos, a $ 16,22.