Mayo
21
2019
0
By editor
Movimientos intensos. Hay que descifrarlos. Una gran movida de Cristina Kirchner, este fin de semana, que desencadena jugadas de otros actores y se va configurando la oferta electoral para las primarias y para las elecciones presidenciales de octubre y, eventualmente, de noviembre si hay segunda vueltaEn este mapa que se va diseñando, aparece como una figura muy relevante Alberto Fernández. Pero, lo que hay que destacar primero que nada es la conducta de Cristina Kirchner que vuelve a demostrar un rasgo que no todo el mundo le reconoce. Cristina está muy asociada a la obcecación, la testarudez. Sin embargo, si uno mira su comportamiento en los últimos años ha dado muestras de una interesantísima plasticidad. Es evidente que tiene recursos como para repensar la encrucijada y salir con alguna novedad. Y eso es lo que hizo ahora al renunciar a la Presidencia, quedar en la vicepresidencia y postular a Alberto FernándezLo importante de esta jugada es que Cristina reconoce un límite. Es evidente que se da cuenta de que ella no puede llegar y menos gobernar en un país bloqueado, con semejante nivel de repudio contra el modo en que ella ha ejercido el poder. Ese límite era evidente en algunas conversaciones con gente de su máxima confianza. Sobre todo la idea de cómo hacer para resolver el problema financiero de la Argentina sin aparecer derrotada en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o un reencuentro con la Banca Internacional, con la cual quedó muy distanciada. Todo esto es imposible de hacer sin recomponer relaciones con los Estados UnidosEste es el cambio, lo que habla de una continuidad y de un estilo es el método. Decidió quién iba a ser el candidato sin consultar a nadie, sin que la postulación del candidato a presidente pudiera ser el primer paso de un acuerdo más grande con el peronismo, al que ahora Alberto Fernández va a buscar con la candidatura decididaCon Alberto Fernández aparece un kirchnerismo más comunicativo, que puede tender puentes. Fernández tendrá que demostrar que lo que se pretende de él o lo que se quiere hacer creer con su postulación es cierto: que es más pluralista de lo que puede ser Cristina Kirchner y que realmente va a ejercer el poder y no va a ser un títereUno de los desafíos de Alberto Fernández será manejarse con autoridad sin ofender a Cristina Kirchner. Ya está dando señales de eso. Lo que propone Fernández o su entorno, en materia de economía, como pequeños destellos de lo que podría ser su programa, es volver al gradualismo del primer momento Macri. Está dentro de las ideas disponibles durante toda esta época, inclusive dentro de este Gobierno. Tal vez por eso, el mercado no reaccionó del todo mal cuando se supo que Cristina va a estar en la carrera del poderDa la impresión de que Cristina Kirchner le ha dado el margen a Alberto Fernández para toda la flexibilidad posible, salvo en un tema: la dupla Justicia-corrupción. La corrupción ligada a la impunidad judicial es algo que moviliza a todo aquel que pretenda una oferta distinta por parte del kirchnerismo y ese es el límite que tiene Fernández para presentarse como un cambioEl principal tema que él puso sobre la mesa, antes que cualquier tema de política social, es la cuestión de los jueces. Y dijo que van a tener que dar cuentas "de las barbaridades que escribieron" -no de sus procedimientos sino del contenido de sus sentencias-. Hay que preguntarse acá quién habla si es el candidato a presidente o el abogado de Cristóbal López. En esta amenaza a los jueces, de entrada está diciendo que para él la independencia del Poder Judicial es algo relativo. Hasta aquí no hemos cambiado nadaLa jugada siguiente del kirchnerismo fue empezar la conquista del PJ. Es importante la estrategia tanto de Cristina Kirchner como de Macri de vaciar el centro, de mantener la polarización. Se podría pensar que el timing del anuncio, tan temprano y tan lejos del 22 de junio que es cuando había que blanquear las candidaturas, no tenga que ver con el juicio que comenzará este martes sino que tal vez haya tenido que ver con acelerar su definición después de que Juan Schiaretti triunfó en la provincia de Córdoba y se propuso a si mismo como una especie de ordenador del PJEsta jugada de Cristina Kirchner también obliga a otros a definirse. Hoy Schiaretti dijo: "No tengo nada que ver con Cristina, ni con Macri". Habrá que ver con cuál de las dos negativas se siente más cómodo. ¿Se podrá pensar una reconciliación del peronismo con aquellos que hoy dicen que no?Será importante la reunión y el diálogo que vayan a tener Macri y Schiaretti. ¿La flexibilidad de Cristina obliga a la flexibilidad de Macri? Es una pregunta clave para los próximos diez días. Se la están haciendo también los radicales que miran a Lavagna y a Schiaretti porque están pensando que con Cambiemos no alcanza Lavagna los está llamando; Schiaretti puede llegar a converger con esto y un grupo de federales como [Juan Manuel] Urtubey o [Miguel] Pichetto; Perotti... Es lo que muchos radicales están esperando para ir a rearmar Cambiemos en otro lugar. Y la pregunta es: ¿Con Macri o sin Macri? Esa es la discusión que vamos a ver en los próximos siete, diez días. A partir de una jugada, que es Alberto Fernández, se desencadenó este dominó.
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