Jun
27
2018
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By editor
SAN PETERSBURGO, Rusia.– Faltaban siete minutos para el final. La Argentina empataba 1-1 con Nigeria y se quedaba sin Mundial . A puro corazón, la selección avanzaba contra el arco africano por ese gol que provocara el desahogo; también, se desprotegía en el fondo y sin un retroceso coordinado ofrecía inseguridades. Dos minutos antes de la definición de Marcos Rojo, el debut de Franco Armani en la Argentina tuvo tinte heroico: el guardavallas tapó un mano a mano a Ighalo, en una atajada que mantuvo a flote a la selección. Como tantas veces lo hizo en este semestre en River, el casildense tuvo ayer la oportunidad de mostrar que su aparición no fue un reclamo, una operación mediática. Se trató de un estreno de ensueño en celeste y blanco.
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