ATENAS (AP) — Los devastadores incendios forestales que ardieron por toda Grecia durante más de una semana son la mayor catástrofe ecológica en el país en décadas, dijo el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, el jueves.
Los fuegos coincidieron con la ola de calor más intensa y prolongada registrada en Grecia en 30 años. Cientos de incendios surgieron en todo el país, poniendo al límite la capacidad de los servicios de extinción griegos. El gobierno tuvo que pedir ayuda a la comunidad internacional y cientos de bomberos, además de aviones, helicópteros y vehículos, llegaron desde 24 naciones europeas y de Oriente Medio.
“Conseguimos salvar vidas, pero perdimos bosques y propiedades", afirmó Mitsotakis, quien describió los incendios como “la mayor catástrofe ecológica de las últimas décadas".
En su primera conferencia de prensa desde el inicio de la crisis, Mitsotakis dijo que las autoridades enfrentaron alrededor de 100 fuegos activos cada día. El jueves, la situación era mucho mejor, con la mayoría de los grandes incendios ya en declive.
Pero el primer ministro advirtió que el peligro de que se repita la situación sigue presente.
“Estamos a mediados de agosto y está claro que tendremos días difíciles por delante" hasta que termine la temporada de riesgo de incendios, dijo.
“La crisis climática — me gustaría emplear este término y no cambio climático — la crisis climática está aquí”, señaló añadiendo que está listo para realizar los “cambios audaces” necesarios para atajar el cambiante clima.
“Esta es una crisis común para todos nosotros", apuntó al tiempo que destacó que el cambio climático es un problema global.
El incendio más grave se registró en la segunda isla más grande del país, Evia, el 3 de agosto y seguía activo el jueves luego de destruir gran parte del norte de la isla.
Más de 50.900 hectáreas quedaron destruidas en el norte de Evia, según el mapeo del Servicio de Gestión de Emergencias Copernicus de la Unión Europea. Montes enteros de pino quedaron reducidos a negros tocones mientras que las llamas devoraron también plantaciones de olivos, higos y viñedos.