Por Luc Cohen y Keren Torres
TURÉN, Venezuela, 19 mayo (Reuters) - El agricultor
venezolano Agustín Zenere debería haber estado sembrando maíz
para la segunda semana de mayo, una tarea crucial en el país
sudamericano económicamente devastado y donde 7 millones de
personas padecen de inseguridad alimentaria.
En cambio, su parcela de 30 hectáreas en el pueblo de Turén,
todavía estaba cubierta con las hojas marrones y marchitas de
una siembra de ajonjolí que no pudo cosechar a tiempo porque el
gobierno no suministra suficiente diesel para hacer funcionar
sus tractores.
La escasez de diésel se ha agudizado en la otrora próspera
nación de la OPEP desde fines del año pasado, cuando Estados
Unidos, que buscan presionar al presidente Nicolás Maduro para
que deje el cargo, puso fin a una exención de sus sanciones a la
estatal petrolera PDVSA que le permitía intercambiar petróleo
por diesel importado.
Con los agricultores advirtiendo de que es posible que no
tengan el combustible necesario para plantar maíz y los
camioneros dando la alarma sobre la dificultad para transportar
alimentos, los grupos de ayuda y algunos legisladores demócratas
de Estados Unidos han presionado al presidente Joe Biden para
que ponga fin a la prohibición del canje.
Venezuela está sumida en una crisis humanitaria después de
años de hiperinflación y recesión, lo que ha llevado a millones
a huir. Solo 60% de los 36 kilos de alimentos que la dieta
venezolana requiere en promedio cada mes estaba disponible en el
país a febrero, según Edison Arciniega, director ejecutivo de la
organización no gubernamental Ciudadanía en Acción.
Una encuesta realizada por la oposición a fines del año
pasado encontró que el 82,3% de los residentes de Caracas
dijeron que sus ingresos eran insuficientes para comprar
alimentos para su familia, y más de 5,4 millones de venezolanos
viven ahora en el extranjero, según Naciones Unidas.
Los críticos, y muchos agricultores, dicen que las sanciones
no son la causa principal de la escasez. La red de refinación de
PDVSA, con capacidad de 1,3 millones de barriles por día (bpd),
está operando a una fracción de su capacidad, dejando a
Venezuela, hogar de las mayores reservas de crudo del mundo
según algunas medidas, dependiente del combustible importado.
Poco después de que Venezuela recibió su último cargamento
de diesel en noviembre, el Ministerio de Agricultura comenzó a
racionar el combustible, que se entrega de forma gratuita, a los
agricultores. Los soldados ahora montan guardia en las
estaciones de servicio con listas para que los agricultores
puedan, en un día determinado, llenar recipientes de hasta 400
litros, suficiente para hacer funcionar un tractor durante unos
días.
"Nada hacemos si nos dan el combustible a cuenta gotas",
dijo Zenere, de 49 años, quien invirtió 10.000 dólares en la
cosecha de sésamo, ahora perdida.
Los campos de Turén, en el estado de Portuguesa, en las
llanuras del centro-oeste del país, están plagados de maleza que
para eliminarse requiere que los agricultores tengan tractores a
diésel.
En las exuberantes montañas de Cubiro, en Lara, muchos
productores han dejado de plantar tomates, pimientos y cebollas
porque la escasez de combustible dificulta el transporte de los
cultivos al mercado, dijo Luis Colmenares, uno de los pocos
camioneros que quedan operando en la zona.
Algunos agricultores regalaron a vecinos cultivos de brócoli
y lechuga no recolectados.
En el "Invernadero Tintorero", de Marcos Mendoza, en Lara,
las semillas de pimentón se pudren porque los clientes no tienen
combustible para viajar y recogerlas.
Gran parte de los alimentos de Venezuela se importa, lo que
mitiga en parte las implicaciones humanitarias de los débiles
cultivos. Y dos agricultores en el área de Turén, con parcelas
relativamente grandes, dijeron a Reuters que pudieron obtener
suficiente combustible enviando a varios miembros de la familia
a esperar en diferentes estaciones de servicio.
Hasta ahora, sin embargo, los funcionarios estadounidenses
han dicho que no tienen prisa por levantar las sanciones y
quieren que Maduro tome medidas concretas para celebrar
elecciones libres y justas. Juan González, director para el
Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, sugirió
que Venezuela está reteniendo el diesel a propósito para
manipular a la opinión pública contra las sanciones.
"Lo tratan de pintar como una situación humanitaria, pero
ellos guardan el diésel para el Ejército y se lo dan a Cuba, y
dejan que el pueblo sufra con tal de ayudar a su argumento
internacional", dijo González al canal de televisión EVTV Miami
en marzo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió a
una solicitud de comentarios. El Departamento del Tesoro, que
aplica las sanciones, no quiso hacer comentar.
Los ministerios de Información, Agricultura y Petróleo de
Venezuela no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Dos meses de espera
La escasez de combustible es el último dolor de cabeza para
los agricultores venezolanos, que durante más de una década han
luchado por importar fertilizantes y obtener crédito debido a la
hiperinflación y las consecuencias de las expropiaciones
generalizadas del predecesor y mentor de Maduro, Hugo Chávez.
Maduro reconoció la escasez y el mes pasado pidió a su
gobierno que mejore el suministro de combustible a los
agricultores en un plazo de 60 días. Los agricultores dicen que
no han notado ninguna mejora y que el sistema de racionamiento
existente está plagado de falta de transparencia, lo que los
deja inseguros de cuándo o dónde se supone que deben llenar.
"Tienes que adivinar. Tienes que peregrinar de estación de
servicio en estación de servicio preguntando", dijo Roberto
Latini, de 58 años, quien el mes pasado perdió 50 hectáreas de
frijoles que había sembrado más tarde de lo previsto por falta
de diesel.
El impacto de la escasez de combustible ha suscitado
preocupación entre la oposición venezolana, que ha defendido en
gran medida las sanciones de Estados Unidos argumentando que
son necesarias para evitar que el gobierno de Maduro robe los
recursos estatales y lo presione a ir a una mesa de
negociaciones.
Representantes del líder opositor Juan Guaidó, quien en 2019
fue reconocido por Washington y decenas de otros países como el
líder legítimo de Venezuela con el argumento de que Maduro
manipuló su reelección de 2018, han propuesto que Estados Unidos
diseñe un mecanismo para permitir las importaciones de diésel al
tiempo que se garantice que Maduro no usa el combustible
irregularmente, dijeron dos personas familiarizadas con el
asunto.
Cualquier solución puede llegar demasiado tarde para
Estanislao Wawrzyniak, de 73 años, quien recibió diésel la
semana pasada por primera vez en dos meses para su parcela de 60
hectáreas en Turén, que está invadida por la maleza.
"Dos meses esperando sin poder hacer nada", dijo Wawrzyniak,
mientras dos de sus nietos usaban un tubo para cargar diesel en
un tanque oxidado y que era sostenido sobre pilotes en la parte
trasera de una camioneta roja, desde donde sonaba música
electrónica a todo volumen.
Wawrzyniak planea usar el combustible para matar las malas
hierbas, y luego debe esperar varios días antes de plantar maíz.
Cuando se le preguntó si tendría tiempo para plantar antes de
que empezaran las lluvias, respondió: "Solamente Dios sabe".
(Reporte de Luc Cohen y Keren Torres. Reporte adicional de
Efrain Otero y Matt Spetalnick.
Editado en español por Gabriela Donoso)