Alarma por Roger Federer: operación de rodilla, inactividad y un futuro incierto

Roger Federer construyó su leyenda en el deporte con un cuerpo en armonía. Dueño de un físico pulido con cincel y con un rítmico juego de piernas que lo ayudaron a eludir lesiones y a prolongar su carrera, fue, durante mucho tiempo, lo opuesto a Rafael Nadal, quien no dejó de sufrir daños ligamentarios desde el inicio. Mononucleosis durante un puñado de semanas en 2008 y dolores de espalda en 2013 fueron, apenas, algunos obstáculos para el suizo. La alarma se encendió en febrero de 2016, cuando pasó por primera vez por el quirófano para someterse a una artroscopia en el menisco de la rodilla izquierda (estuvo inactivo durante algunos meses, volvió al tour, pero desechó el segundo semestre perdiéndose Río 2016 y retornó en 2017, ganando el Abiero de Australia). Sin embargo, los cimientos se sacudieron este jueves, en forma sorpresiva: a seis meses de cumplir 39 años, el actual número 3 del ranking se realizó una artroscopia en la rodilla derecha por una lesión en los meniscos. Anunció su regreso para la gira sobre césped, en junio, pero el panorama no es tan auspicioso.