El arzobispo lo dijo en el Tedéum en la Catedral. Lo escucharon Schiaretti y Mestre. El gobernador respaldó sus dichos. Reiteró que Odebrecht no pagó coimas por los gasoductos.
En un contexto de fuerte debate político sobre la corrupción, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, eligió ayer esta cuestión como la columna vertebral de su mensaje en el Tedéum. “Se debe rechazar la corrupción en cualquiera de sus formas”, reclamó el religioso.
“Hay que trabajar honestamente para beneficiar a los que más necesitan”, apuntó el obispo, en un mensaje que fue atentamente escuchado por el gobernador Juan Schiaretti y por el intendente de Córdoba, Ramón Mestre, en la habitual ceremonia religiosa que se realiza en la Catedral de Córdoba en cada aniversario de la Revolución de Mayo.
Ñáñez leyó un pasaje de la Biblia en el cual se condena al que roba y al que miente. “En nuestra relación como ciudadanos, el desafío es eliminar la mentira. No transar con el fraude y tampoco con discursos que se pueden considerar políticamente correctos, pero que ocultan la verdad”, manifestó Ñáñez.
Luego de la ceremonia religiosa, en un breve contacto con los periodistas, monseñor Ñáñez volvió a remarcar que la corrupción es uno de los males del país.
“Es evidente que el tema de la corrupción es muy penoso. Hay que tratar de dejar atrás este flagelo, porque perjudica a todos, pero, sobre todo, a los más pobres. Cuando hay corrupción, el hilo se corta siempre por los más débiles”, manifestó Ñáñez, quien suele ser prudente en sus definiciones, pero que ayer embistió de lleno en contra de la corrupción, tema de discusión a nivel nacional y también en Córdoba.
Al salir del Tedéum, el gobernador Schiaretti respaldó los dichos del arzobispo. “Los mensajes del monseñor Ñáñez son siempre un bálsamo para los cordobeses. Su discurso va en dirección de lograr más hermandad y transparencia, por lo cual respaldo totalmente sus dichos”, afirmó Schiaretti.