Cerca del mediodía, apareció gente que no frecuenta la zona. Los vecinos empezaron a observar decenas de personas que pululaban con parsimonia y en actitud de vigilancia. Estaban de civil. Villa Azalais no sabía que tenía visita presidencial. Y todo un operativo, que no parecía tal, preparó el terreno de modo sigiloso: verificaron accesos, identificaron los comercios circundantes y a quienes los atendían, y observaron a los residentes con disimulo para descartar cualquier situación potencialmente hostil. Así, la custodio presidencial maneja este tipo de apariciones sorpresivas.Luis Almada fue sorprendido por la visita del Presidente a su humilde pollería en Villa Azalais. Fue marginado, salió adelante y ahora ejecuta un proyecto social que la Nación promete replicar.
Política