Buenos Aires. Con el enfriamiento de la crisis turca se tranquilizó la tormenta en los países emergentes, pero la calma no había llegado del todo a la Argentina cuando ya apareció un nuevo factor de presión para el peso: la devaluación del real brasileño.
Y como si fuera poco, ayer apareció también la Reserva Federal de los Estados Unidos anticipando que pronto podría volver a subir la tasa de interés, lo que convertiría a ese país en una aspiradora de divisas que fortalecerá aún más al billete verde.El peso viene con un derrotero complicado. Una vez que se tranquilizó el tembladeral de los países emergentes gracias al enfriamiento de la crisis de la lira turca, apareció Brasil con su real a la baja: ayer se acercó a su mínimo en 20 años, a 4,05 reales por dólar.
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