Lo que pasa en la provincia de Córdoba parece ser la máxima número uno de las leyes de Murphy. El karma arrastrado de todas las vidas pasadas. Que esté lloviendo sopa y vos, con tenedor en la mano.
Ilógico, incomprensible: hay una ola de créditos hipotecarios otorgados o a punto de darse, un séquito de desarrollistas interesados en vender, cientos de arquitectos y albañiles esperando trabajar, decenas de comercios a la expectativa... pero no hay viviendas. Así como se lee: no hay viviendas que cumplan los requisitos, al menos mínimos, para ser hipotecadas.Los departamentos nuevos de Capital no tienen escrituras; y viviendas nuevas para vender no se han hecho. Las usadas, que tienen escritura, no cuentan con planos aprobados, y hay pocas. Los del Procrear, además, tienen topes máximos de vivienda.
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