Un emporio gremial impermeable a controles

En la ciudad de Córdoba, la basura tiene un patrón. Se mueve con guardaespaldas, en autos de alta gama; sus seguidores le rinden culto, y maneja un emporio gremial con miles de afiliados, cuyo poder va en ascenso.
Desde hace 16 años, Mauricio Saillén, líder del sindicato de recolectores Surrbac, acumula influencia y recursos. Consiguió un convenio laboral propio durante el kirchnerismo –en una disputa con el líder de Camioneros, Hugo Moyano– y hoy dirige la CGT Rodríguez Peña, uno de los brazos en los que se escindió la central obrera local.Impermeable a cualquier control, el gremio tiene la capacidad de utilizar recursos públicos en beneficio propio. Mauricio Saillén, el poder detrás de la basura
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