La decisión de Federico Sturzenegger de bajar 75 puntos básicos la tasa de interés para dejarla en el 28 por ciento volvió a meterle polémica al replanteo de los objetivos económicos que el Gobierno expuso sobre el final de 2017, cuando les otorgó mayor gradualidad a las metas inflacionarias.
Por sobre la tensión política entre la Casa Rosada y el Banco Central, hay al menos dos niveles de lectura por las consecuencias en la economía de esta decisión monetaria, según pudo auscultar La Voz en diferentes consultas.Economistas y empresarios esperaban una baja mayor en la tasa, pero al final asimilaron que es consistente con las metas. La contracara es la prevalencia de una política restrictiva para el crédito y para las inversiones.
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