Un triunfo a lo Bilardo, no exento de riesgos
El lunes, el Gobierno de Mauricio Macri terminó de alumbrar su propio diciembre. Esa trágica tradición que inauguró el gobierno de la Alianza hace 16 años ya tiene su réplica, a escala bonsai, con el sello de Cambiemos.
No hay aquí un Gobierno huyendo. Ni una coalición política quebradiza. Lejos se está de esa situación.Macri también oyó por primera vez el sonido metálico de las cacerolas en su contra.
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